¿Y qué es la cuarta revolución industrial?

Hace algún tiempo se escuchó cómo la ciudad de Medellín, en Colombia, se convirtió en el primer centro para la cuarta revolución industrial en América Latina, una noticia que ha levantado un sinnúmero de expectativas frente al tema de innovación y desarrollo que puedan presentarse en la ciudad y en la región.

A lo largo de la historia, han aparecido invenciones que han cambiado drásticamente la manera en que las personas viven y se relacionan. Podemos recordar la primera revolución industrial que se dio con la invención de la máquina a vapor en el siglo XVIII, y permitió vivir el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales en la historia de la humanidad, hasta ese momento.

La evolución de la tecnología, las capacidades computacionales, y en general toda la transformación digital que está viviendo el mundo en la actualidad, ha permitido el desarrollo de productos tecnológicos que una vez más, están cambiando la forma en que vivimos y nos comunicamos.

¿Y cuáles son esas tecnologías que están cambiando el mundo?

La inteligencia artificial, el internet de las cosas, el blockchain, la realidad virtual y aumentada son tan solo algunas de las tecnologías de las que hemos venido escuchando en los últimos años. No podemos hablar de ellas como tecnologías de punta o emergentes, porque, de hecho, como en el caso del blockchain, son tecnologías que se vienen desarrollando hace mas de 10 años. Sin embargo, el valor que aportan en la actualidad, y el uso que se les está dando en casi todos los sectores económicos, las convierten en los puntos de referencia para esta cuarta revolución industrial.

¿Y en qué beneficia?

Esta cuarta revolución industrial tiene la capacidad de mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras, así como incrementar los niveles de ingresos globales, sin embargo, esta solo beneficiará a quienes sean capaces de innovar y adaptarse. Sin duda es un tema bastante amplio, que iremos extendiendo de a poco; por ahora, sabemos que no basta solo con entender que son estas tecnologías, debemos entender cómo usarlas, dónde hacerlo, y lograr sacar el mayor provecho posible.